Hechizo de conquista

En el amor y en la guerra, todo es válido. Las batallas siempre tienen el mismo objetivo: vencer y conquistar. Los hechizos son poderosas armas en las batallas del amor. Si usted camina de ojo a alguien y quiere ser amada por esa persona, tiene, a continuación, dos opciones de elección. Ambas son simpatías de las más fuertes existentes.

Para la primera de ellas, tome tres cintas de un metro cada una, una roja, otra verde y la última blanca. En la roja, escriba su nombre; en blanco, el suyo y el verde, todo lo que usted quiere hacer junto con él. Escriba a ambos lados de la cinta. A continuación, junte las cintas y dé un nudo en el centro, luego junte las puntas y dé otro nudo y vaya haciendo así hasta que ya no pueda darnos. Estos deben ser siempre bien apretados. Coloque esto dentro de su colchón, en el lado de la cabecera, y espere por los resultados.

Otra alternativa es usar una simpatía que produzca resultado casi inmediato, pues apelan a fuerzas de la naturaleza. Los llaman Magia Blanca. Otros dicen que no existe la distinción entre Magia Blanca o Magia Negra, pues todo es magia.
De cualquier forma, tenga siempre en mente que esta es de aquellas simpatías que deben ser usadas con criterio porque fatalmente provocan desarmonía a su alrededor y eso puede ser muy peligroso.
Para conquistar a una persona, tome una foto de ella de cuerpo entero y sonriendo y espeje en el pie un diente de animal salvaje. Enrolle un pañuelo rojo y atará con una cinta roja en forma de cruz, rematando con un nudo ciego. Guarde debajo de su colchón, en el lado de la cabecera.

Un detalle tiene que ser observado: para conquistar a alguien, la persona tiene que superar su inmadurez y su timidez, pero no todos saben cómo hacerlo. Si este es su problema, no se angustia, ya que es más frecuente de lo que usted se imagina. Sólo que los hechizos pueden ayudarle (a) en ese aspecto también.

Entre tantos hechizos que existen, esta es una de las innumerables variaciones de la simpatía del Santo de Castigo, que ha dado resultados a lo largo del tiempo. Es simple.

Coloca una imagen de San Antonio en su cuarto, delante de un espejo, en el primer día de la Luna Llena. Durante tres días seguidos, deposite, por la mañana, en el pie del santo, una rosa roja. Reza un Ave María y un Padre Nuestro, pidiéndole que te consiga un novio (a). A partir del cuarto día, si nada ha ocurrido, antes que nada, gire el santo hacia el lado del espejo y, en vez de rezar y poner la rosa, diga tres veces la siguiente intención:

Mi querido Santo Antonio
Mientras yo no salgo
Rosas rojas a los montes
De mí no has de ganar.

Repita diariamente, siempre en el mismo horario. Cuando logre lo que quería, durante siete días seguidos coloque una rosa roja a los pies del santo, reza un Padre Nuestro y un Ave María, encendiendo también una vela blanca.

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